Que los gastos pueden ser infinitos y los recursos, limitados, es algo que vemos en todas las industrias y aplica a todo tipo de empresas, grandes, medianas y pequeñas. Pero ¿cuál es la solución cuando los cambios necesarios para sumarse a una Transformación Digital, que llegó para quedarse y que amenaza con dejar a compañías al borde del camino del desarrollo y vulnerables a ataques cibernéticos, no pueden realizarse por falta de presupuesto?
El dilema está en sortear y superar de manera exitosa los diferentes pasos y apoyarse en los cuatro pilares en que está basada esta transformación: La Tecnología de la Información (TI), la fuerza laboral, la seguridad y las aplicaciones a través de las cuales las empresas pueden acelerar la manera de innovar con el software para competir más efectivamente.
Un estudio realizado entre Dell y el Instituto del Futuro arroja que un 82 por ciento de los líderes de industrias globales esperan que los seres humanos y las máquinas trabajen como equipos integrados dentro de su organización en un plazo de cinco años. Dentro de estos, un 26 por ciento asegura que su fuerza de trabajo y las máquinas ya trabajan en conjunto con éxito. Esto quiere decir que las nuevas tecnologías remodelarán la forma en que vivimos y trabajamos de cara a los próximos diez años. Este mismo estudio reveló que el 57 por ciento de las empresas están luchando por mantenerse al ritmo del cambio, y más del 50 por ciento de las empresas se las arreglan con tecnología obsoleta que no responde lo suficientemente rápido, está sobrecargada de datos y opera con preocupaciones de privacidad y ciberseguridad.
Es aquí donde los proveedores de tecnología tenemos que dar un paso adelante y centrarnos en la misión que tenemos como tales; el ser habilitadores de procesos de Transformación Digital que alcancen a la mayor cantidad de empresas y organizaciones posibles. No para un beneficio particular de esas empresas, sino que, al habilitar estos desarrollos en numerosas organizaciones de una comunidad, llevamos esa transformación también a ese sector de la sociedad.
Es por esto que el concepto de tecnología como servicio y la demanda toma cada vez más fuerza con propuestas basadas en la nube, el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, que se están volviendo más económicas, intuitivas y portátiles pudiendo ser implementados sin un equipo de expertos en TI y grandes presupuestos. Como facilitadores de estos procesos, en Dell creemos que la premisa de que la tecnología de hoy sea para todos tiene que ser siempre una realidad y por eso impulsamos programas que permiten a las empresas adquirir la tecnología adecuada para atender los requerimientos cambiantes de los negocios mediante pagos que se ajustan a su utilización real.
Hoy, muchas organizaciones adquieren capacidad por encima de sus necesidades y pagan por tecnología que no utilizan, lo cual consume presupuesto adicional y pone en riesgo la financiación de otros proyectos críticos. Los programas a demanda permiten pagar por la tecnología a medida que se utiliza y brindan acceso inmediato a capacidad de buffer o variable.
La tecnología está creando un nuevo camino hacia adelante. Adoptar el futuro digital es esencial para superar los retos que las empresas puedan enfrentar, como mayor competencia en el mercado o la atracción de nuevas audiencias y los proveedores de tecnología somos clave en este reto para posibilitar la adopción de procesos que hagan a las empresas más digitales no solo en tecnología sino también en imagen y cultura para poder así ser catalizadores de una sociedad cada vez más orientada a la Transformación Digital.